Mientras el diccionario de Oxford, referente en lengua inglesa, se actualiza cada tres meses, el de la Real Academia Española va a comenzar a hacerlo cada año. La aparición constante de neologismos hace que algunos expertos se planteen cuál debe ser el papel de cada diccionario (normativos, comerciales, colaborativos…) y su velocidad para incluir los términos. ¿Rapidez o calidad? He ahí el debate.
Hace unas semanas, el equipo que edita el diccionario de Oxford, el diccionario por antonomasia de la lengua inglesa, anunció que su próxima edición incluiría la palabra woke. Hasta ahora, woke era el pasado del verbo to wake, que significa ‘despertar’; ahora, la definición recoge un uso muy extendido: ‘[Estar] Alerta a las injusticias en la sociedad, especialmente al racismo’.
La palabra, sin embargo, ya había aparecido dos años antes en el Urban Dictionary, un diccionario en línea que recoge muchos términos de amplio uso entre los internautas o que pertenecen al registro coloquial de la lengua inglesa. En 2015, el Urban Dictionary definió woke de la siguiente forma: ‘Una referencia a cómo la gente debería estar al tanto de las noticias’.
El diccionario de Oxford eligió como palabra del año de 2016 el neologismo «posverdad», un vocablo extendido en los medios de comunicación españoles, sobre todo en artículos de opinión. A finales de junio, el director de la Real Academia Española (RAE), Darío Villanueva, anunció que la palabra posverdad se incorporaría al Diccionario de la lengua española, en una actualización de la vigesimotercera edición. Si ya parece asumida por la principal autoridad del idioma de Cervantes, ¿por qué esperar estos meses?
Leer más en www.eldiario.es.