11/4/2025 | Javier del Hoyo Calleja (The Conversation)
Llega la Semana Santa con sus procesiones, sus pasos, sus encapuchados, sus saetas, sus torrijas y sus expresiones, que se han ido formando a lo largo de los siglos para quedarse ya en nuestro lenguaje cotidiano, seamos o no creyentes, sepamos o no de dónde provienen.
Traer o llevar a alguien en palmitas, ser el chivo expiatorio, hacerle a uno la pascua, llevarle a uno por la calle de la amargura, darle a uno un soponcio, ser tonto de capirote: son expresiones que, aunque tienen su origen en la liturgia católica de la Semana Santa, hoy se usan en el lenguaje coloquial.
En palmitas no es en brazos
Cuando decimos que a alguien lo tienen, lo traen o lo llevan en palmitas, quizá pensemos que nos referimos a las palmas de las manos y que esta persona está protegida. En realidad, “en palmitas” es la forma en la que entró Jesucristo en Jerusalén el Domingo de Ramos (dominica in palmis, litúrgicamente): entre aclamaciones y halagos, rodeado de ramos y palmas.
Más en theconversation.com