15/9/2023 | Rafael Peralta Romero (El Nacional, República Dominicana)
Será difícil que alguien sepa cuántas palabras pueden formarse a partir del sufijo -azo, como también es poco probable que, debido a su cuantía, algún diccionario pueda incorporarlas. La derivación es un procedimiento al alcance de todos los hablantes, letrados o iletrados, para crear voces nuevas. Los sufijos y prefijos son buenos aliados para esta acción.
Esto expresa la Nueva gramática de la lengua española: “Una característica notable de este sufijo es su gran productividad, especialmente en la designación de golpes, lo que tiene como consecuencia directa el que los diccionarios no puedan recoger todas las voces admisibles así formadas”. (Espasa, tomo I, 2009, pág. 398).
Lo más sabido del sufijo -azo es que sirve para formar sustantivos que denotan golpes y acciones bruscas. Por ejemplo, correazo, chancletazo, bolazo, tablazo, pelotazo, macanazo, machetazo, batazo, martillazo o botellazo representan golpes dados con el objeto al que alude la base de la palabra de que trate (bola, tabla, pelota…). Las acciones bruscas pueden ser cabezazo, cañonazo, plumazo (Lo eliminó de un plumazo), matazo (Me di un matazo y me fracturé un tobillo) y papeletazo (Lo logró a papeletazos).
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