30/5/2025 | Jerónimo Alayón (El Nacional, Venezuela)
La lengua es un fenómeno dinámico y estructurado que evoluciona conforme al uso que le dan sus hablantes. En el vasto y complejo panorama de la lengua española, este dinamismo se manifiesta a través de la intrincada y, en ocasiones, tensa relación entre el uso y la norma. El uso representa la práctica lingüística real, espontánea y diversa —denominada actuación lingüística— de la comunidad de hablantes, mientras que la norma encarna el conjunto de reglas, convenciones y modelos de corrección que forman parte de la competencia lingüística y procuran regular y unificar el idioma. Lejos de ser entidades disociadas, el uso y la norma se encuentran inmersos en un diálogo constante, influyéndose mutuamente y configurando la identidad y el devenir de una de las lenguas más habladas del planeta.
Nos proponemos, por tanto, explorar la complejidad de esta interdependencia, analizando cómo el uso desafía y valida la norma, cómo la norma busca mantener la coherencia y el prestigio, y las implicaciones de tal relación para la unidad, diversidad y pervivencia del español.
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