28/8/2020 | Abraham Gómez (El Nacional, Venezuela)
Para la inmensa comunidad de hispanohablantes en el mundo; que sobrepasa ya los quinientos millones de personas (7.6 % de la población), nuestra autoridad máxima; tal vez, algo así como el tribunal supremo del idioma lo conforma la Real Academia Española.
Las (23) Academias de la Lengua Española, que se han creado en igual número de países, asumen como condición ser Correspondientes de la RAE.
La nuestra, en Venezuela, desde sus orígenes ha tenido interesantísimos momentos y eventos. No exentos de serias confrontaciones.
Precisamente, el mismo día cuando inicia sus actividades formales — 10 de abril de 1883 — arranca con una polémica de forma y fondo.
El presidente Guzmán Blanco, quien a su vez ocupaba el cargo de director, pronunció un discurso enjundioso y bastante cuestionador para ese momento.
El eje central de la citada pieza oratoria hurgaba sobre los orígenes de la lengua española.
Se hacía cotidiano y corriente que las discusiones se cruzaran entre quienes defendían la tendencia impositiva para hacer prevalecer el español peninsular en tierras americanas; y otro inmenso bastión que apoyaba la insurgencia lingüística, legítima y propia, del castellano en este continente.
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