26/6/2020 | Rafael Peralta Romero (Academia Dominicana de la Lengua)
Este artículo es una variación en torno al tema de los vocablos extranjeros empleados al hablar nuestra lengua. Reiteramos que la primera actitud debe ser evitar su uso, pero si la palabra exótica resultara indispensable, lo que procede es buscar la forma de adaptarla al castellano. Un extranjerismo se hace necesario porque representa un objeto, una cualidad, una circunstancia o una acción que no ha sido nombrada en español.
En la entrega anterior (23-3-2020) tratamos sobre voces extranjeras relacionadas con el vestir y que ha sido preciso aceptarlas en español (bluyín, de blue jean; esmoquin, de smoking). Hoy abordaremos palabras extranjeras relacionadas con el comer y las circunstancias que rodean a este placer. Estas recomendaciones están avaladas por el Diccionario panhispánico de dudas, publicación de la Asociación de academias de la Lengua Española. Veamos:
/Beicon/ (bacon). Del Inglés. Panceta ahumada. Lo que aquí llamamos tocineta. Otra forma de adaptación es /bacón/, más fiel a la grafía original, mientras la anterior lo es a la pronunciación.
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