14/3/2025 | Margarita Robles Gómez y María Victoria Galloso Camacho (The Conversation)
El mundo del vino ocupa una parte importante de nuestro patrimonio cultural inmaterial. Más allá de su valor económico y gastronómico, el vino está presente en nuestro idioma. Desde refranes –“Con pan y vino se anda el camino” o “Vino con queso sabe a beso”– a canciones como la que popularizó Manolo Escobar que decía: “Viva el vino y las mujeres”. Rafael Farina cantaba al “vino amargo el que bebo, (…) vino amargo que no da alegría” y Estopa “soy como un vino tinto, que si me tomas en frío engaño, y con los años me hago más listo”.
El vino está presente en la mayoría de eventos (institucionales, familiares o sociales) y en la religión cristiana la sangre derramada por Jesucristo es representada por esta bebida. Es decir: en el colectivo popular está presente la cultura vitivinícola de una u otra forma.
El vino y su mundo en nuestro idioma
Como no podía ser de otra manera, el mundo del vino está muy presente en nuestra lengua. Estudiar, recuperar, analizar y enseñar la gran variedad de léxico existente consecuencia de la presencia de viñas por todo el territorio nacional es lo que hacen los expertos detrás del Atlas Lingüístico y Etnográfico de Andalucía (ALEA), por ejemplo, que en 2023 cumplió 50 años de existencia.
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