20/11/2017 | María José Rincón (Diario Libre, República Dominicana)
En la lengua, cuando empezamos a tirar del hilo, siempre descubrimos que, tras él hay una inmensa madeja. Jugábamos con los gentilicios y recordábamos su riqueza y sonoridad, y también su escritura correcta. Hoy los retomamos y, tirando del hilo, nos encontramos con los gentilicios compuestos y su ortografía.
Un gentilicio compuesto siempre pretende referirse a más de una realidad geográfica y a la vinculación que existe entre ellas. Los ejemplos, cual Chapulín Colorado, vienen en nuestro auxilio: dos películas italo-argentinas, el congreso domínico-cubano, una conferencia árabe-israelí, una cumbre franco-luso-española. El recurso al guion es significativo: une los significados de cada gentilicio, pero mantiene a la vez su independencia significativa.
Ortográficamente cada componente del gentilicio compuesto mediante guion mantiene su propia estructura acentual, por lo que cada uno lleva su propia tilde (domínico-japonés).
Leer más en diariolibre.com