11/11/2022 | Pedro de Jesús (Escambray, Cuba)
Es probable que la palabra guataca comenzara a nombrar en Cuba a la persona adulona en la segunda mitad del siglo XIX, luego que el verbo guataquear adquiriera el significado de adular
Pocos defectos hay tan detestables como la guataquería o guataconería. Con esas y otras dicciones los cubanos nos referimos a la adulación. Mientras guataquería deriva del verbo guataquear; guataconería lo hace del adjetivo guatacón; y, en última instancia, todas provienen de guataca, nombre que, además de aludir al instrumento agrícola, a la oreja y al oído, designa a la persona adulona.
Los lingüistas no se han puesto de acuerdo sobre si la voz guataca tiene origen en alguna lengua amerindia, del África negra o en la árabe. En lo que sí parece haber consenso es en la probable procedencia arábiga del sustantivo castellano hataca, documentado a fines del XV, nombre de un cucharón o cuchara grande de palo, convertido luego, entre los campesinos puertorriqueños, en jataca —con las variantes guataca y jataco—, un cucharón rústico, hecho de medio coco o media güira, al cual se añadía un palo largo como asidero, para sacar agua de envases mayores, colar café y otros usos. En uno de los barruntos etimológicos de Fernando Ortiz sobre la guataca cubana se sugiere un hipotético vínculo con la hataca castellana, pero ni Joan Corominas y José A. Pascual ni el diccionario académico respaldan tal genealogía.
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