18/3/2022 | Santiago Muñoz Machado (ABC)
Tomo a préstamo para este artículo el título que utilizó el insigne lexicógrafo y gramático Manuel Seco Reymundo en su discurso de ingreso en la Real Academia Española el día 23 de noviembre de 1980. Le contestó Rafael Lapesa Melgar, no menos reconocido sabio en materias lingüísticas. Ambos hablaron de los diccionarios históricos. Seco trazó la lamentable historia de la acumulación de retrasos y calamidades que afectaron a la elaboración del ‘Diccionario Histórico de la Lengua Española’ desde que se inició en 1914, gracias al impulso del entonces director Antonio Maura.
El primer diccionario de esta clase, el alemán de los hermanos Grimm, comenzó a elaborarse en 1838. Ellos dejaron terminada, a su muerte (la de Jacob en 1863 y la de Wilhem en 1859), la cuarta parte del léxico (hasta la mitad del volumen IV), pero la finalización de la obra se prolongó hasta 1961; 107 años después de la publicación del primer volumen se llegó a la edición del último de los 32 que componen el ‘Diccionario’.