La locución verbal no caber duda se construye con la preposición de ante la conjunción que.
No obstante, resulta muy habitual encontrar en los medios de comunicación frases como «No cabe duda que el televisor es una herramienta esencial en el hogar», «No cabe duda que las Reinas del Caribe lo dieron todo en la cancha» o «No cabe duda que los fiscales que elaboraron el expediente pudieron confundir la cifra de 500 mil pesos con 50 millones de pesos».
Estos son ejemplos del extendido fenómeno lingüístico llamado queísmo —supresión inadecuada de la preposición de cuando precede a oraciones subordinadas— que se produce muchas veces al tratar de evitar el uso contrario, el dequeísmo.
De acuerdo con el Diccionario panhispánico de dudas, no caber o haber duda de algo, caer en la cuenta de algo y darse cuenta de algo son expresiones que requieren la preposición de ante la oración que les sigue.
Por tanto, en los ejemplos anteriores habría sido recomendable escribir «No cabe duda de que el televisor es una herramienta esencial en el hogar», «No cabe duda de que las Reinas del Caribe lo dieron todo en la cancha» o «No cabe duda de que los fiscales que elaboraron el expediente pudieron confundir la cifra de 500 mil pesos con 50 millones de pesos».
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