13/2/2019 | María José Rincón (Diario Libre, República Dominicana)
Un lapsus linguae del presidente está dando, injustificadamente, mucho que hablar, y es que con frecuencia nos escandalizamos por errores intrascendentes mientras pasamos por alto otros que deberían preocuparnos. Decir ocasionalmente *morido por muerto solo puede considerarse un traspiés gramatical involuntario motivado por el descuido, la prisa o la presión del entorno. A todos nos ha pasado.
Estos lapsus gramaticales, cuando suceden en la lengua infantil, prueban que la adquisición de las reglas va bien encaminada. Cuando un niño dice *yo sabo en lugar de yo sé, o *yo cabo en lugar de yo quepo, está aplicando una regla gramatical correcta que existe en la lengua, aunque la aplica a una palabra que no sigue la regla, precisamente porque es irregular. Es lo que se conoce como un error de sobrerregularización.
Más en diariolibre.com