22/6/2019 | Wikilengua
En la traducción de nombres propios hay que tener en cuenta las siguientes consideraciones, entendiendo por traducción el proceso en general de dar en un texto en español un nombre propio extranjero.
Para ello es posible la transferencia, es decir, el nombre propio sin cambio alguno (John Wayne); la traducción literal, parcial (Nueva York), asentada o libre; la naturalización o adaptación (Londres para London); la sustitución, es decir, una descripción que reemplaza al nombre propio («el sello amarillo» para Deutsche Grammophon).
Caben también soluciones mixtas. El nombre de una institución puede transferirse acompañado entre paréntesis de una explicación acerca de un posible equivalente en uno de los países de la lengua de destino.
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