1/4/2019 | Javier Rodríguez Marcos (El País, España)
El nuevo presidente de la Fundéu, Mario Tascón, explica que uno de los mayores desafíos para el servicio de urgencias del idioma es la adaptación instantánea de términos tecnológicos.
La influencia de Internet sobre los hablantes es tan grande que Mario Tascón (Ponferrada, León, 1962) es consciente de que el capítulo del Libro de estilo de la lengua española (Espasa) dedicado a la comunicación digital –en el que él ha colaborado- pronto necesitará una actualización.
[…]A veces la novedad no es más que la mutación semántica de una palabra de uso común: “Sensiblemente es un buen ejemplo porque te ayuda a segmentar la edad de los hablantes. Para alguien mayor significa ‘diferencia grande’; para un joven, ‘diferencia pequeña’. En pocos años ha pasado a significar lo contrario de lo que significaba”. Otras puede ser fruto de una limitación mecánica. “Muchos programas”, explica, “no reconocen automáticamente la cursiva y la comilla empieza a sobreabundar en los textos digitales. Es un aviso visual, pero también un interruptor de la lectura”.
Con todo, uno de los mayores desafíos para el servicio de urgencias del idioma es la adaptación instantánea de los términos que no para de crear la tecnología: “Un smart speaker es un altavoz inteligente, pero también un micrófono con altavoz, ¿cómo lo traducimos?”. Para Tascón, una de las remóras de esa adaptación es la resistencia de los hispanohablantes a los neologismos: “Nos cuesta, pero usamos sin problema los anglicismos crudos”.
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