4/3/2022 | María José Rincón (Diario Libre, República Dominicana)
En nuestra lengua el nombre propio se reserva para designar a un ser único, mientras que el nombre común se extiende a aquellos seres o cosas que pertenecen a una misma clase. Cuando lo escribimos marcamos la diferencia entre ellos con el uso de la mayúscula inicial para los propios y la minúscula inicial para los comunes. Sin embargo, cuando los hablantes jugamos con la lengua, estas categorías pueden intercambiarse y así lo refleja la ortografía.
Los nombres comunes pueden convertirse en propios. Dejan así de lado su significado léxico para identificar a una persona concreta; de hecho, muchos nombres de persona tienen en su origen un nombre común: Rosa, Victoria, Patria, Ángel.
El camino inverso recorren los nombres propios que se usan como nombres comunes.
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