12/12/2024 | Humberto García Pérez (The Conversation)
¿Qué tienen en común una clase de español, una consulta de un neurólogo y la búsqueda del autor de un asesinato? Tres áreas tan diferentes de la vida pueden depender de los conocimientos de especialistas en una única materia: la fonética.
¿Sabía qué cuando articulamos el sonido p de la palabra “pato” se produce una explosión en nuestra cavidad bucal? Por esta razón, la grafía < p > se corresponde en fonética con un sonido “oclusivo” (porque para pronunciarlo se produce primero una oclusión de la salida del aire que luego se vence produciendo esta “explosión” de sonido).
No solemos pararnos a pensar en cómo se emiten los sonidos que pronunciamos, ni de qué manera percibe nuestro oído lo que escuchamos. A esto se dedica la fonética, a estudiar los sonidos del habla humana: es la rama de la lingüística que “estudia los elementos fónicos de una lengua desde el punto de vista de su producción, su constitución acústica y su percepción”.
Esta definición alude a las tres principales ramas de esta disciplina: la fonética articulatoria, encargada de estudiar los procesos de fonación y articulación de los sonidos; la fonética acústica, que analiza las propiedades físicas de los sonidos, esto es, los componentes que conforman la onda sonora compleja del sonido; y la fonética auditiva, vinculada con el proceso de recepción y percepción de la onda sonora.
Más en theconversation.com