28/3/2025 | María José Rincón (Diario Libre, República Dominicana)
La semana pasada esta Eñe llegó con un macuto cargado de conectores. Aun así, todavía quedaron algunos en el tintero. Recordemos que las palabras nunca están solas, se enlazan, se encadenan, se vinculan.
En nuestras manos está que no se enreden, y para eso tenemos los conectores. Una buena colección estas pequeñas piezas nos viene como anillo al dedo para poner orden en nuestras palabras y, con ellas, en nuestras ideas. Y, sobre todo, ayudan a que se nos entienda cabalmente.
¿Llenamos otro macuto de conectores? Vamos allá. Empecemos por los conectores consecutivos, o ilativos, que también se llaman así. Están a nuestro servicio para introducir lo que consideramos que es la consecuencia lógica o natural de lo que acabamos de decir: La lectura nos hace crecer; así pues, ¿a qué esperamos para leer?
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