Los adjetivos barato o económico, entre otros, son opciones válidas, preferibles en español al anglicismo low cost, para referirse a lo que tiene un precio bajo, inferior a lo normal o que exige poco gasto.
No obstante, en los medios de comunicación se encuentran con frecuencia frases en las que se emplea la expresión inglesa low cost, como en estos ejemplos: «Rutina de maquillaje, con productos low cost, para que no renuncies a una piel jugosa, luminosa y resplandeciente», «Vacaciones low cost: trucos para viajar con poco presupuesto» o «Se trata de una variedad de examen ‘low cost’, tanto en su producción como en los costos de procesamiento de las pruebas».
Traducida literalmente al español, la expresión adjetival low cost significa ‘de bajo costo’, concepto para el que en español se cuenta con las palabras barato, económico, asequible, módico, entre otras, por lo que no hay necesidad de utilizar el anglicismo. La Ortografía de la lengua española recomienda evitar el uso de extranjerismos cuando exista, como en este caso, una opción válida en español. Con ese mismo sentido, la Academia Dominicana de la Lengua ha dicho, desde 1939, que «no hay necesidad de buscar en huerto ajeno lo que en el propio se consigue mejor».
Así, en los ejemplos anteriores hubiese sido preferible escribir «Rutina de maquillaje, con productos económicos, para que no renuncies a una piel jugosa, luminosa y resplandeciente», «Vacaciones asequibles: trucos para viajar con poco presupuesto» o «Se trata de una variedad de examen barata, tanto en su producción como en los costos de procesamiento de las pruebas».
Si se prefiere el uso de la expresión inglesa, se recuerda que debe escribirse en dos palabras y en cursiva o, si no fuera posible, entrecomillada.