La palabra libido, que significa ‘deseo sexual’, es llana; no es apropiada, por tanto, la forma esdrújula líbido, cuyo uso, tal como recoge el Diccionario panhispánico de dudas, se ha extendido probablemente por influencia del término lívido, que significa ‘amoratado’ o ‘intensamente pálido’.
Sin embargo, en los medios de comunicación electrónicos y en otros espacios de información oral es frecuente escuchar el vocablo libido pronunciado como si fuera palabra esdrújula: «Cuando la veo me sube la líbido», «El hombre, como la mujer, debe controlar su líbido», «Avelino Stanley escribió la novela Catedral de la líbido».
Cabe destacar, además, que la palabra libido es femenina, a pesar de que termina en o, y por eso es impropio su uso en masculino, como en «Algunos antidepresivos reducen el libido de los pacientes».
Por último, constituye una redundancia la expresión libido sexual, pues la palabra libido ya incluye la idea de sexual. Se aconseja, por tanto, que si por cualquier razón se desea explicitar el término sexual para referirse a la libido, se escriba o se diga deseo sexual.