Se separan siempre con comas los sustantivos, grupos nominales o pronombres personales que funcionan como vocativos, es decir, que se refieren al interlocutor y se emplean para llamarlo o dirigirse a él de forma explícita: «Hola, Juan»; «Mi amor, gracias»; «Quisqueyanos valientes, alcemos nuestro canto con viva emoción»; «Tú, ¡quítate de ahí!».
En los medios de comunicación es habitual encontrar frases en las que el vocativo no se aísla con comas: «¡Buena suerte Felipe Polanco!», «Adiós Barcelona, hola París; Neymar paga cláusula de 222 millones y se divorcia del Barcelona» o «¡Feliz Día del Padre dominicanos!», donde Felipe Polanco, Barcelona, París y dominicanos son vocativos.
La Ortografía de la lengua española señala que los vocativos ‘se escriben siempre entre comas, incluso cuando los enunciados son muy breves, como en estructuras del tipo No, señor; Sí, mujer’.
Así pues, en los ejemplos anteriores lo apropiado habría sido escribir: «¡Buena suerte, Felipe Polanco!», «Adiós, Barcelona; hola, París: Neymar paga cláusula de 222 millones y se divorcia del Barcelona» o «¡Feliz Día del Padre, dominicanos!».
La ausencia de la coma vocativa es un error que afecta con mucha frecuencia a los encabezamientos de cartas o mensajes electrónicos, en los que lo apropiado es escribir «Hola, Claudia», «Buenos días, magistrado», «Buenas noches, compañeros», en lugar de «Hola Claudia», «Buenos días magistrado» y «Buenas noches compañeros», pues Claudia, magistrado y compañeros son, en estos casos, vocativos.
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