Cuando la palabra color va seguida de un término que especifica el color concreto, este va en masculino, no en femenino: una yipeta de color blanco, no una yipeta de color blanca.
Sin embargo, en los medios de comunicación es frecuente encontrar frases como «Consiste en golpear una bola de color blanca sobre otras de colores», «Se observa a un hombre desmontarse de una yipeta de color roja» o «Una hermosa flor que tiene la figura de un gallito y es de color amarilla».
Tal como explica el Diccionario panhispánico de dudas, en la lengua general color es un nombre masculino. Por lo tanto, lo adecuado es que el adjetivo concuerde en masculino con este sustantivo, con independencia del género del objeto que tenga esa tonalidad.
Por consiguiente, en los casos anteriores lo apropiado habría sido escribir «Consiste en golpear una bola de color blanco sobre otras de colores», «Se observa a un hombre desmontarse de una yipeta de color rojo» y «Una hermosa flor que tiene la figura de un gallito y es de color amarillo».
El origen de la confusión puede ser el cruce con otras expresiones más sencillas, y a veces preferibles, en las que se prescinde del vocablo color y el adjetivo sí complementa al nombre del objeto y, por tanto, concuerda en género con él. Así, en los ejemplos antes citados, podría haberse escrito también «bola blanca», «yipeta roja» y «flor amarilla».
Cabe recordar que hay otros adjetivos referidos a colores que permanecen invariables respecto al género, como azul o rosa, por lo que no dan lugar a esta confusión: se podría hablar o escribir, por ejemplo, sobre una «luz azul», pero también sobre una «luz de color azul».
Esta recomendación es adaptación de la publicada por Fundéu RAE el 16 de enero: color blanco, en masculino, no color blanca