La palabra hábitat, y no habitad, es la apropiada para referirse al medio, entorno o ambiente apropiado para algo o para alguien.
No obstante, es frecuente encontrar en los medios de comunicación frases como «Las arenas del monumento natural Dunas de Las Calderas son finas y ricas en cuarzo y feldespatos; sirven de habitad para la flora propia del bosque seco subtropical», «Entran en relación con los seres humanos en su habitad y en su vida cotidiana» o «La nueva propuesta ha molestado a los vecinos, quienes se resisten a dejar su entorno para ir a casas alquiladas y lejos de su habitad natural».
El Diccionario de la lengua española registra el sustantivo hábitat con tres significados: ‘lugar de condiciones apropiadas para que viva un organismo, especie o comunidad animal o vegetal’, ‘ambiente particularmente adecuado a los gustos y necesidades personales de alguien’ y ‘espacio construido en el que vive el hombre’. Ninguno de estos sentidos corresponde a la voz habitad, que es una de las formas del imperativo del verbo habitar, por lo que conviene evitar utilizarla en lugar de hábitat.
Por esa razón, en los ejemplos citados lo más apropiado habría sido escribir «Las arenas del monumento natural Dunas de Las Calderas son finas y ricas en cuarzo y feldespatos; sirven de hábitat para la flora propia del bosque seco subtropical», «Entran en relación con los seres humanos en su hábitat y en su vida cotidiana» y «La nueva propuesta ha molestado a los vecinos, quienes se resisten a dejar su entorno para ir a casas alquiladas y lejos de su hábitat natural».
Conviene señalar que tampoco debe omitirse la tilde de hábitat, por tratarse de una palabra esdrújula, por lo que en la frase «Fuego en la laguna de Mallén de SPM daña habitat de tortugas y otras especies» lo correcto habría sido «… daña el hábitat de tortugas y otras especies».