El sustantivo pretensión, que proviene del verbo pretender, no significa lo mismo que pretención: ‘cualidad de pretencioso’, por lo que resulta inapropiado emplearlos indistintamente.
Sin embargo, es frecuente encontrar en los medios de comunicación frases como «La pretención era que esas disposiciones fueran declaradas contrarias a la Constitución», «Algunos empresarios incluyeron en distintas mesas de trabajo la pretención de eliminar la cesantía» o «La población debe rechazar cualquier pretención de hacer reformas al sistema fiscal».
El Diccionario de la lengua española registra la voz pretensión con los sentidos de ‘solicitación para conseguir algo que se desea’, ‘derecho bien o mal fundado que alguien juzga tener sobre algo’, ‘aspiración ambiciosa o desmedida’ y, en el ámbito del derecho, ‘petición que se ejercita ante el juez como objeto principal de un proceso para obtener determinados pronunciamientos frente a otra u otras personas’.
Por su parte, el Diccionario panhispánico de dudas recomienda evitar el uso de pretención con estos significados y explica que la confusión se debe tanto a la ultracorrección en zonas de seseo como a la influencia del adjetivo pretencioso, que significa ‘presumido’, ‘que pretende ser más de lo que es’.
Teniendo esto en cuenta, en los ejemplos anteriores lo adecuado habría sido escribir «La pretensión era que esas disposiciones fueran declaradas contrarias a la Constitución», «Algunos empresarios incluyeron en distintas mesas de trabajo la pretensión de eliminar la cesantía» y «La población debe rechazar cualquier pretensión de hacer reformas al sistema fiscal».