Con motivo de la celebración del Día de San Valentín, se ofrecen algunas claves para la escritura apropiada de términos relacionados con esta fecha que pueden plantear dudas.
- Nombre de la festividad, con mayúsculas
De acuerdo con la Ortografía de la lengua española, los sustantivos y adjetivos que forman parte del nombre de festividades, ya sean civiles, militares o religiosas, se escriben con inicial mayúscula. De ese modo, se escriben con inicial mayúscula los nombres Día de los Enamorados, Día del Amor y la Amistad, San Valentín y Día de San Valentín, aunque en este último la palabra día puede aparecer en minúscula («Consejos para que tu día de San Valentín sea todo un éxito») si se considera que no forma parte de la denominación.
- San Valentín, la festividad, pero san Valentín si es el nombre del santo
El adjetivo san, que se usa ante nombres propios masculinos de santos, se escribe con mayúscula inicial en la expresión denominativa San Valentín («Restaurantes para escapar de la ciudad en San Valentín»); no obstante, en sus usos normales como fórmula de tratamiento san y el femenino santa deben escribirse siempre con minúscula: santa Teresa, san Pedro, santa Ana, san Valentín. Por tanto, en ejemplos como «¿Quién fue San Valentín y por qué se le recuerda el 14 de febrero?» lo apropiado habría sido escribir «¿Quién fue san Valentín y por qué se le recuerda el 14 de febrero?».
- 14 de febrero, no 14 de Febrero
Los nombres de los meses son sustantivos comunes y por ello se escriben, en general, con inicial minúscula, excepto en los casos en que formen parte de denominaciones en las que se consideren palabras significativas, como festividades (Primero de Mayo), hechos históricos (la Revolución de Abril) o nombres de espacios urbanos (avenida 30 de Marzo). Por eso, lo más apropiado es escribir «Ofertas del 14 de febrero», no «… del 14 de Febrero».
- Cupido, mayúsculas y minúsculas
El vocablo cupido, usado con frecuencia por San Valentín, se escribe en minúscula cuando se usa como nombre común referido a la ‘representación pictórica o escultórica del amor’ («Abundancia de corazones y cupidos escarlatas, derroche de flores, tarjetas y regalos…»), pero con inicial mayúscula cuando alude a Cupido, dios del amor en la mitología romana: «Después de diez años se reencontraron y Cupido tocó a sus puertas», no «… y cupido tocó a sus puertas».